miércoles, 24 de junio de 2009

la poesia es un arma







Gabriel Celaya


LA POESÍA DE UN ARMA CARGADA DE FUTURO


Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
más se palpita y se sigue más acá de la conciencia
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas, que golpea las tinieblas.

Cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las bárbaras, terribles, amorosas crueldades,
amorosas crueldades.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un
adorno.
Estamos tocando el fondo, estamos tocando el
fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y
evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido, partido
hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto y canto y cantando más allá de mis penas, de
mis penas
personales, me ensancho, me ensancho.

Quiero daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, que puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España, a España en sus
aceros.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto,
es lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos
dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un
adorno.
Estamos tocando el fondo, estamos tocando el
fondo.

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